Quieres comprarte una vivienda que cuesta 150.000 euros. Tienes pocos ahorros y no vas a tener más remedio que pedir dinero al banco. Tu primera reacción es acudir al director de tu sucursal para comentarle qué necesitas y preguntarle qué te puede ofrecer. Pero, como no dominas la materia, también te esfuerzas en hacer un trabajo de campo: preguntas a tus allegados y buscas por Internet cuáles son las mejores ofertas hipotecarias del momento, ya sea en las webs de diferentes entidades o a través de comparadores de hipotecas. Hasta tu cuñado opina, aunque no siempre sea lo más idóneo.A priori, este orden de actuación parece de lo más lógico, aunque los expertos insisten en que no es el más adecuado para conseguir la hipoteca con las mejores condiciones posibles.
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