Cuando hablamos desde el espacio del consumidor hacia el espacio financiero lo solemos hacer con acritud. Todos nuestros malestares,enojos parecen que tuviesen un único origen. La maldita banca.
Esto lo hacemos con total normalidad, y no digo yo que falte razón.
Ahora bien, quizás haya llegado el momento de mirarnos nuestro propio ombligo.
No será que muchos de nuestros enojos encierren una rabia hacia la banca tratando de disimular nuestras propias carencias...?
No podemos saber de todo y menos de indagar en ciertos conceptos que nos superan por no ser algo que en el día a día manejemos.
En multitud de ocasiones no sabemos ponernos en el tiempo futuro y sólo miramos el presente. Cuando lo que contratamos es para mucho tiempo. No sabemos ser precavidos.
Las ofertas bancarias están diseñadas para poner en primer plano lo más atractivo y otorgarte la capacidad de dejar de lado lo menos atractivo , pero Sí , más importante para Tí como consumidor. La banca SABE hacerte soñar en su beneficio.
Los consumidores no estamos acostumbrados a ponernos en situación de COMPARAR y mucho menos a dedicarle tiempo a ello. Craso error
Las confianzas, en materia financiera suelen jugar en contra de los propios consumidores. Y todos nos sentimos muy orgullosos cuando decimos aquello de " mi entidad de toda la vida" Este es un chip a cambiar.
No solemos delegar en profesionales que nos acompañen. Nuestro pensamiento casi siempre está en modo "precio" y pocas veces en modo " valor"
Creo que como consumidores tenemos que comenzar a ser más inteligentes y saber ponernos en nuestro sitio, con argumentos, con hechos y dejar la opción del "pataleo" y " la acritud" que no nos conduce a ningún sitio productivo para con nuestros intereses.
Y por favor LEAMOS con anterioridad lo que vamos a firmar.
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Domingo Pastor .- REf: ICI/19/0060