Si quieres abrir una cuenta en un nuevo banco, es fundamental que cierres correctamente la que ya no vas a usar y que te asegures de que todos los pagos y trámites están correctamente cambiados.
Abandonar una cuenta que no utilizas no es una buena idea. Dejar a medias la “ruptura” con tu entidad puede provocarte desagradables sorpresas en el futuro: por ejemplo, que el banco empiece a cobrarte comisiones que antes no te aplicaba o que te haga pagar una penalización por marcharte antes de lo acordado inicialmente.